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3 sept 2008

Días largos, noches largas


No puedo dejar de pensar cuán fácilmente los estados de felicidad se terminan y dejan paso a la incertidumbre, a la tristeza, al desvelo, al dolor, al amor y a la compasión incondicional hacia un ser querido. No estoy hablando de un ser humano, estoy hablando de Amon, mi "Muni", mi adorado Muni. No sé qué pasará, mi bebote peludo no se encuentra bien, tiene hemorragias nasales con coágulos, estamos en estudios y se viene, creo que de forma ineludible la resonancia magnética y vaya a saber Dios cómo diablos pagaré ese estudio pero de ser necesario venderé todos mis libros para poder hacerla pues está claro que Muni tiene un problema de importancia. Rezo, como hace tiempo no lo hacía, con tanto fervor que me quema el alma y Avemarías, Mantras, Padrenuestros, Glorias y demás oraciones salen de mi corazón casi sin pensarlas, una y otra vez y otra vz y otra vez y le miro, miro sus ojitos y pido para que si es algo grave como pensamos que es que no sufra nada. Ahora esta durmiendo como un bebé de spués de una noche de hemorragias intermitentes. El cielo sabe que daría lo que me queda de vida para que no le pase nada, para que no sufra pero no puedo canjear mi vida, o mi cuerpo, mis ojos, mis manos, lo que fuera, no puedo cambiarlo porque no es así como fuincionan las cosas. Shimel no para de llorar desde que Muni empezó con este problema, Pepa me mira como preguntándome qué pasa con su papá y Tito no sabe qué hacer, se le acerca y se queda sentado a su lado mientras Muni duerme, si le ve cuando pierde sangre se asusta y también llora mientras yo le limpio la nariz, el pecho blanco que se torna carmesí y las patas que del blanco han pasado al color rosa. Hoy me siento chiquitita...
Me voy a bsucar los análisis de sangre, crucen los dedos.


Wilhemina desde la incertidumbre