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27 sept 2012

Querido Diario...

Hay días que se presentan tan agobiantes que el simple hecho de respirar se hace una tarea pesada.
Y te preguntas la clásica pregunta: ¡por qué a mí? ¿por qué yo? ¡cómo salgo, cómo sorteo este berenjenal?
«Siguiendo»
Única respuesta silenciosa del alma, del cuerpo y del exterior.
Entonces...

Sigo!