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23 may 2013

Cuando los días malos se convierten en terribles...

El pasado lunes tuve mi consulta con la médica reumatóloga, quien como siempre me revisa de pies a cabeza y de la cabeza hasta los pies. Me ha indicado subir la dosis de pregabalina, lo cual comencé el mismo día y dado que tengo un dolor casi constante e intenso en la cadera del lado izquierdo me ha indicado sacar radiografía de pelvis; por otro lado, hace un par de semanas he comenzado a despertarme con las manos como «agarrotadas» y con mucho dolor en los nudillos así que también hay indicación de sacar radiografías de ambas manos, para descartar otros problemas (artrosis, artritis o vaya a saber qué).
De momento estoy intentando digerir ésto, que es una cosa más y le pongo onda, hasta me río de mi misma diciendo que ya soy una viejita chocha a la que le duele todo, me río de mis defectos y mis dolores, pero eso no los quita, no los borra y hay que seguir. Y ahí vienen a la cabeza mis profes del gym y mis profes de  pilates, especialmente una frase que siempre dicen en las clases aeróbicas: «SIGUE, SIGUE» 
Y yo SIGO, SIGO, a veces quejándome, a veces sonriendo, a veces llorando, a veces en silencio, a veces como puedo o como me sale.
Hacía mucho que no ponía nada en este blog y retomo contando lo que siento, lo que me duele, lo que me indican los médicos, en fin, tengo ganas de compartirlo.
Hoy no lloré, pero hace un rato tomé una ducha bien calentita y me hice masajes en las manos y en los pies, que también están a veces muy doloridos. 
Ahora estoy en la cama, calentita, trabajando de a ratos y escribiendo estas líneas para cualquier persona que quiera leerlas y quizás compartir un poco lo que nos sucede. El día a día de vivir con esta enfermedad.
Hay quien comprende y quien no, pero aquí va, de ahora en más mi experiencia, MI VIDA, con este nuevo obstáculo que me pone la vida.
Como le digo siempre a Mi Angelito: 

¡¡¡SONRÍE!!!!
 (...aunque te duela el alma!)